LAS MUÑECAS DE TRAPO Y TELA:
HISTORIA DE LAS MUÑECAS DE TRAPO: Las muñecas de trapo siempre tienen un lugar reservado en nuestros corazones y nuestros pensamientos, siendo así creadas y remodeladas muchas veces a lo largo de los siglos. La tradición muñequera nació con la civilización egipcia. Con el tiempo se adaptó su forma, sus usos y principalmente el material con el que se elaboraban. El hecho de que las muñecas de trapo fueran irrompibles y baratas les valió para ser más usadas y maltratadas que otros juguetes más caros que tenían que ser tratados con más cuidado y respeto. En el pasado, las muñecas de trapo estaban infravaloradas y prácticamente ignoradas por los coleccionistas de muñecas que sólo se centraban en muñecas de porcelana, las llamadas chinas, de biscuit y de madera. Incluso los ositos de peluche (teddy bears) parecían tener mayor prestigio. Tristemente, todavía hoy en día, en Inglaterra esta actitud continúa, mientras que en otros países ha cambiado. Debido a la naturaleza perecedera de la tela, hay pocas muñecas de trapo que hayan sobrevivido a los estragos del tiempo a través de los siglos y de las culturas. Aquellas que sobrevivieron reflejan las modas y culturas de otras épocas. Es por esto que hay pocos ejemplos de muñecas de trapo antiguas en museos y hogares hoy en día. A pesar de ello, algunos ejemplos de muñecas de tela de lino, que pueden datarse de los antiguos tiempos romanos, griegos y cristianos, sobreviven en colecciones de museos. Por ejemplo, el Museo Británico posee una muñeca romana encontrada en la tumba de una niña fechada hacia el 300 a.C. También se tiene constancia de que las jóvenes romanas antes de casarse ofrecían sus muñecas a los Dioses como símbolo de haber dejado atrás la niñez. Además, también se conserva una muñeca de lino hecha en Egipto rellena de harapos y papiro (Roma, 1º-5º siglo d. C). Tradicionalmente las muñecas y, especialmente las muñecas de trapo, han sido una manera de transmitir normas culturales a los niños. En el pasado, por ejemplo, las niñas inuits de alrededor de 10 años solían hacer sus propias muñecas con la ayuda de una hermana mayor o una cuñada. Estas muñecas, que al igual que las muñecas Amish, no tenían caras, estaban hechas mayormente de piel y llevaban ropas que se les podían quitar. La muñeca preferida de cada niña Inuit tenía más de una muda de ropa. Para hacer la muñeca y sus ropas se usaban distintas pieles de animales. Para las niñas Inuit estas muñecas tenían una importancia muy especial porque, al hacerlas ellas mismas, aprendían las técnicas tradicionales de costura: cómo quitar la piel de los animales, cómo estirar y suavizar el pelaje y cómo cortar y coser la piel para hacer las ropas.
RELLENO, VESTUARIO Y CARACTERIZACIÓN:
A lo largo de los años, las muñecas de trapo se rellenaron de paja, hojas, plumas, retales de tela e hilos, algodón, lana, capoc, bolitas de espuma y relleno de nailon, y más recientemente con relleno de poliéster. La ropa de las muñecas se hacía de los retales que sobraban de la ropa de las familias. La ropa reflejaría la vestimenta de la gente de la época en la que fue hecha la muñeca, incluyendo la ropa interior, enaguas, abrigos, faldas, delantales, pichis, gorros, etc. Los zapatos y los calcetines solían ser tejidos, cosidos o pintados. Los rasgos faciales eran bordados o pintados con tinta o tintes naturales como cerezas, hojas, flores, té. En algunos casos de muñecas muy antiguas éstas no tenían cara o únicamente les ponían ojos. Las primeras muñecas casi siempre estaban hechas de todo tipo de materiales tales como pieles de animales, telas de algodón y otros materiales suaves. Hay una polémica sobre el término “muñeca de trapo” porque muchos son los que creen que el nombre en sí reduce la calidad y el trabajo artesanal envuelto en usar esta técnica para hacer muñecas. En lugar de “muñecas de trapo” muchos prefieren usar el término “muñecas de tela”. De hecho se pueden encontrar largas definiciones tratando la diferencia entre muñecas de trapo y tela, en las que se sostiene que las muñecas de trapo se hacen de trapos viejos o harapos y que las muñecas de tela se hacen de calicó, percal, muselina y telas de algodón. Esto quizás muestra la falta de respeto que mucha gente tiene por este tipo de muñecas, considerándolas como juguetes simples y poco sofisticados. Cuando a alguien se le pide que describa una muñeca de trapo la mayoría de la gente transmite una imagen que es muy simple y tradicional. Las muñecas de trapo tradicionales generalmente tienen los pelos en trenzas o atados en coletas y van vestidas con vestidos largos, pantalones bombachos y enaguas. Sin embargo, otras muñecas, que no se ajustan a esta descripción tradicional, también caen dentro de la categoría de muñeca de trapo. Quizás la mejor definición sería la de que “las muñecas de trapo son muñecas hechas para niños enteramente de tela con adornos textiles”. Linda Edward en su libro “Cloth Dolls from Ancient to Modern” expone que el término muñeca de trapo es un título antiguo, honorable y honrado que se debería seguir usando como tal. Después de todo, la mayoría de los fabricantes de muñecas de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX se refieren a sus productos de tela como “rag babies” “bebés de trapo”. Por ejemplo, en la literatura infantil americana hay muchos ejemplos de muñecas de trapo y cada una es independiente y distinta de las otras. Está el ejemplo de los personajes de Johnny Gruelle “raggedy Ann y Andy” que no tienen nada que ver con otras muñecas de trapo americanas. Edith Flack Ackley era muy conocida por sus diseños de muñecas de trapo durante los años 20 y 30 y aún hoy sigue siendo popular. Otro tipo de muñecas de trapo muy valoradas son las que hizo la compañía alemana Steiff, que aunque era más conocida por sus ositos de peluche (teddy bears) creó una serie de muñecas hechas de fieltro, terciopelo o felpa, que también tenían los ojos de botones y los rasgos pintados. Margarette Steiff, fabricaba ya muñecas de fieltro antes de 1900, y produjo grandes cantidades a principios del siglo XX. Las muñecas Steiff se siguen fabricando hoy en día y su marca sigue siendo un “Botón en la oreja con un elefante de juguete con ruedas” que aún se usa hoy en día. Las muñecas Amish también entran dentro de este tipo de muñecas de trapo. Estas muñecas no tienen rasgos faciales ni pelo, siguiendo los mandamientos del Viejo testamento que no permite hacer ídolos, representaciones humanas. Éstas tienen un montón de vestidos incluyendo un gorro blanco interior para la muñeca niña. Incluso el estilo de ropa de las muñecas de trapo demuestra la riqueza de variedad, imaginación, trabajo artesanal y cariño que acompaña a cada muñeca hecha. Muchos decoradores de interiores usan muñecas de trapo como realces que añaden un toque de fantasía a un hogar. Las muñecas de trapo tienen una calidad y un encanto únicos para llenar la necesidad que tiene los niños de sentirse protegidos. La seguridad, el poder lavarlas y la suavidad es algo a tener muy en cuenta a la hora de hacerlas, al igual que saber que el resultado final da al niño una seguridad emocional así como el descubrimiento del mundo que lo rodea a través del juego y la socialización. Hoy en día las normas de seguridad de la Comunidad Económica Europea nos exigen ser más conscientes en términos de seguridad cuando hacemos juguetes para niños. Las muñecas de trapo parecen ser la perfecta encarnación del cuidado, la seguridad y el cariño y esos tesoros de la niñez desde los días del pasado han evolucionado a través del tiempo hasta llegar a ser una verdadera expresión de arte.
UN REPASO A LA HISTORIA DE LA INDUSTRIA TEXTIL:
En el siglo XVIII (18), la figura más relevante en la industria textil inglesa era Richard Arkwright (1732-92) de Preston, que cambió completamente la industria del algodón con la ayuda del brillante inventor Thomas Highs (1718-1803), con la introducción de la máquina de hilar algodón junto con los nuevos hilanderías y fábricas que reemplazarían la vieja industria artesanal casera que implicaba trabajar en casa a mano. La tela se consideraba una comodidad muy apreciada debido a las largas horas invertidas en su fabricación. Incluso el más pequeño retal o tejido eran guardados y reutilizados diligentemente. Ya se había inventado las lanzaderas (flying shuttle) en 1733 por John Kay (1704-1780) de Bury, y la “Spinning Jenny” (máquina de hilar de husos múltiples) de James Hargreaves (1720-1778). En 1765, en Massachussets, USA, Eli Whitney inventó la “desmotadora de algodón (cotton gin)” para recolectar la cosecha de algodón, y aumentó la producción de algodón tremendamente en los estados del sureste de los Estados Unidos, ayudando a revivir una economía que se había quedado atrás. De repente el algodón empezó a rivalizar con los beneficios de la industria tabaquera. Sin embargo, la Guerra Civil Americana coincidió con los efectos secundarios de este período de súper-producción a finales del 1850. Como consecuencia, los suministros de algodón en rama exportados desde los estados del sur de USA a Inglaterra se redujeron considerablemente. Esto derivó en un masivo desempleo, pobreza y hambruna en el norte de Inglaterra, afectando a muchas poblaciones como Lancashire, Preston y Burnley. Esta escasez de algodón en Inglaterra, (o pánico del algodón), fue uno de los períodos más desoladores de la historia de la industria algodonera en Lancashire y duró 4 años. El efecto de golpe que tuvo esta pobreza y desempleo fue que los dueños de las hilanderías no eran capaces de vender todas las telas que habían hecho y empezaron a acumularlas y almacenarlas, hasta que finalmente, uno por uno, las hilanderías de Lancashire empezaron a cerrar. Esto podría explicar, en parte, porqué el oficio, la artesanía de la muñequería de trapo se volvió más popular en América, América del Norte y en Australia que en Gran Bretaña. Muchas muñecas y juguetes de niños fueron hechos en casa durante los años 40, tiempo de guerra, cuando los recursos eran limitados y los materiales escaseaban, porque éstos se podían hacer con poco dinero y fácilmente con poca habilidad o herramientas. Tejidos hechos por el hombre, tales como el nailon y el poliéster, se introdujeron durante la posguerra y en 1955 el relleno de poliéster de secado rápido estaba disponible. Hubo muchos diseñadores de muñecas en los años 70, 80 y 90, entre ellos Jean Greenhowe, Judi Ward, Valerie Janitch, Gail Attwell, Betsy McCall, Sharon Welch, Ana Lakeland, Isla Gray, Anita Holmes, Joan Russell, Pamela Peaje, Frances Barnes.
TIPOS DE MUÑECAS DE TRAPO Y TELA (SEGÚN PATRONES, ESTILOS Y CULTURA):
1. “ANDRAJOSITOS” ANN Y ANDY O “RAGGEDY” ANN & ANDY:
El artista independiente Johnny Gruelle creó un inconfundible y enigmático diseño para una muñeca llamada “Raggedy Ann” (algo así como “andrajosita” Ann) que patentó y registró como marca comercial personal en 1915. Él consiguió fama por sus ilustraciones de libros para niños y principalmente por ser el creador de “Raggedy Ann y Andy”, por lo que llegaría a ser conocido como “the Raggedy Ann Man” (el hombre de la andrajosita Ann). Cuando murió en 1938 sus libros, muñecas y personajes “andrajositos” eran mundialmente conocidos. Estas adorables y cariñosas muñecas han gustado a los niños (y a los coleccionistas) a lo largo de más de 80 años. A veces los diseños más sencillos son los mejores y el diseño de la “andrajosita” Ann y de Andy es clásico y simple: dos botones por ojos, pelo de lana roja y la clásica nariz de triángulo; Ann con su vestido de flores, y Andy con su mameluco o peto. Es una muñeca sencilla, hecha para que un niño la quiera y la abrace. Los niños podrán jugar con diferentes juguetes a lo largo del día, pero seguro que cuando se van a la cama se llevan a una muñeca de trapo como Ann. Los coleccionistas también valoran mucho a estas muñecas, ya que todavía recuerdan esa sensación de apego a los muñecos de trapo de su infancia. Aunque las muñecas “andrajositas” Ann y Andy generalmente tienen el pelo de lana, los ojos cosidos o de botones y los rasgos cosidos o bordados, hay una gran variedad de caras, ropas, cintas y detalles diferentes dependiendo de la compañía que las hiciera, ya que durante muchos años su producción pasó por diferentes fábricas ( se tienen ejemplos de distintos estampados para los vestidos muy difíciles de conseguir, las medias pintadas con rayas verticales en vez de horizontales, y azules en vez de rojas). Las primeras muñecas de Ann que se hicieron en 1915 tenían el pelo de lana marrón en vez de roja y los ojos de botones de zapatos. Una muñeca Ann de esa época en buen estado puede costar unos 1000 dólares hoy en día. Aunque la muñeca Ann se ha hecho en diferentes tamaños, desde la miniatura (por debajo de los 15 centímetros) a gigantesca (más de un metro y medio), el tamaño estándar de la muñeca es de unos 40 o 50 cm. La muñeca “andrajosita” Ann se vendió más que el “andrajosito” Andy ya que no siempre se vendían juntas. Como ya hemos comentado anteriormente, estos muñecos fueron creados por Johnny Gruelle, nacido en 1880, dibujante e ilustrador, quien también escribió una serie de libros sobre los “andrajositos” Ann y Andy, que comenzaron con “Las historias de la “andrajosita” Ann” en 1918. La historia de estas muñecas empieza cuando la hija de Johnny, Marcella, descubrió en el ático de su abuela una vieja muñeca de trapo que no tenía cara. Fue Johnny quien le pintó la cara y le dio el nombre de “andrajosita” Ann. Su hija se enamoró de la muñeca de tal manera que se hicieron inseparables. Marcella enfermó y durante la larga enfermedad de la niña Johnny le contaba los cuentos de las aventuras de la “andrajosita” Ann para entretenerla. Después de la muerte de Marcella en 1916, Johnny escribió, ilustró y publicó los cuentos en una serie de 25 libros. En 1918 él empezó a hacer muñecas para venderlas como acompañantes de los libros de cuentos. Muchos fabricantes han hecho muñecas basadas en el diseño patentado por Johnny Gruelle en 1915 con algunas variaciones en el vestido y la cara, pero la licencia todavía pertenece a la familia Gruelle.
2. “PANCAKE DOLL” O “MUÑECA TORTITA”:
El diseño del patrón de las primeras muñecas de trapo era muy básico, generalmente, consistía en dos piezas de la silueta del cuerpo formadas idénticamente. Algunas veces los brazos y las piernas se añadían a la cabeza o al cuerpo. Hoy en día este tipo simple de muñeca se llama “Pancake doll” “muñeca tortita” que describe su fácil construcción.
3. LA MUÑECA AMISH:
En la Edad Media no hay ejemplos de muñecas de trapo, ya que predominaban las muñecas de madera y las marionetas. Los niños trabajaban tan pronto como podían. Muchas familias luchaban por vivir día a día con pocas pertenencias y el Cristianismo prohibía la práctica de hacer imágenes, ídolos. De hecho, culturas como la Amish en América, también adoptaron esta prohibición. A los Amish se los conocía como “la gente sencilla”, siendo una secta religiosa caracterizada por su espíritu de trabajo duro y su mentalidad de comunidad, que rechaza los adornos lujosos, el estilo de vida y el código de vestimenta de sus contemporáneos. Como la mayoría de la gente sabe, los niños Amish jugaban con muñecas sin rostro a las que hoy se las conoce como las muñecas de trapo tradicionales de los Amish. Hay explicaciones religiosas para la falta de una cara porque las muñecas no se podían hacer como ídolos (hacerlo estaba estrictamente prohibido según el Libro de Deuteronomio), otros creen que simplemente era una costumbre que tenían los Amish, quizás porque el hecho de bordar o pintar caras era mal visto, como algo frívolo. Se dice que una historia publicada en una revista nacional en 1937 fue el detonante de esa visión tradicional de por qué las muñecas de los Amish no tienen cara. La historia cuenta como una niña Amish recibió una muñeca como regalo de navidad por parte de su profesora. Sin embargo el padre de la niña le quitó la cabeza a la muñeca y le puso un calcetín relleno diciendo que “sólo dios podía hacer gente”. También se ha constatado que hoy en día es normal entre los Amish el comprar o hacer muñecas con caras, y que aparentemente hay ejemplos de muñecas Amish con caras bordadas o pintadas que datan de 1900. Las muñecas Amish también tienen una vestimenta muy particular. Las telas usadas eran recortes de aquellas que su gente usaría en colores llamativos, sin estampados, monocromáticos con negro, en algodón, lino y lana, sin adornos, reflejando la humilde naturaleza de esta gente. Las muñecas de finales del siglo XIX generalmente medían unos 60 centímetros y se cosían a máquina o a mano. Es normal ver cuatro o cinco capas de tela en la cabeza o cuerpo de una muñeca, porque cuando una muñeca se ensuciaba mucho o se gastaba, se la cubría completamente con una nueva pieza de tela de muselina reciclada. De hecho, un buen relleno de algodón o viejos trapos eran lo normal para la mayoría de las muñecas. Mientras que la paja era pocas veces usada, el relleno de fibra de poliéster indicaba una muñeca mucho más moderna. También se usaban palitos en el interior del cuerpo para hacerlos más rígidos y hacer costuras en las articulaciones de los codos y las rodillas también permitían mayor flexibilidad de movimiento. Se hacían tanto muñecos como muñecas, niños como niñas, porque a las familias Amish se les permitía tener pocos juguetes, así que los niños y las niñas jugaban con lo mismo. Además como los niños Amish solían llevar vestidos sus muñecos también los llevaban. A aquellos muñecos niños que se hacían llevando pantalones también se les ponían chaquetas negras y sombreros de ala. La mayoría de las mujeres Amish de América han hecho estas muñecas para sus hijos durante generaciones. Sin embargo se conocen pocas artesanas de muñecas tradicionales Amish. Lizzie Lapp es una excepción. Vivió en Pensilvania desde 1860 a 1932. Padecía un impedimento severo que no le permitía hablar, se dedicó a elaborar muñecas para su comunidad y para venderlas a los turistas, llegando a vender sus muñecas en California a principio de los años 20. Sus muñecas se distinguen por la forma de reloj de arena de sus cuerpos y por estar construidas en tres unidades básicas: la cabeza, el tronco y los brazos, los cuales eran una sola pieza con un palito en el interior, enterrado en el relleno para mantener el cuello rígido. Las piernas y los pies eran parte de la segunda unidad que se acoplaban separadamente para permitir que la muñeca se sentara. La unidad final eran las manos que se sujetaban a los brazos como si fueran unos guantes. Las manos y los pies estaban casi siempre hechos de denim, tela vaquera, así como la parte de atrás de la cabeza para simular el pelo, porque aunque llevaban ropa Amish estas muñecas no llevaban gorros, capuchas. En los años recientes la artesanía de hacer muñecas, la muñequería, se ha convertido en una industria casera para los Amish, que venden sus muñecos/as a los turistas que visitan sus comunidades. Algunas se han enviado a museos y tiendas a lo largo de todos los Estados Unidos.
4. MUÑECAS COLONIALES, PIONERAS, PRIMITIVAS O COUNTRY:
Durante el siglo XVII (17) y principios del XVIII (18), una ola de gente emigrando a lo largo del Atlántico llegaba de Europa a América. Sucesivos grupos de ingleses, franceses, alemanes, escoceses, irlandeses, suecos y muchos otros intentaron trasplantar sus costumbres y tradiciones en el nuevo mundo. Sin embargo, inevitablemente fuerzas tales como las peculiares condiciones geográficas de América, la interacción de grupos nacionales variados unos con otros, causaron cambios significativos, creando un carácter que era marcadamente americano. Las muñecas de trapo hechas por estos colonos americanos son mencionadas en diarios, listas de posesiones y la literatura de la época. Éstas debieron ser artículos realmente apreciados. A las primeras muñecas coloniales también se las conoce como primitivas (primitives), muñecas pioneras o muñecas country. En Europa durante esta época, las muñecas de trapo se hacían para las casa de muñecas, como juguetes y como decoración para los alfileteros, hechos de rollos de tela con caras dibujadas en ellos. Las muñecas de tela llamadas “primitivas” tienen un aspecto de estar gastadas por el paso del tiempo, de haber sido muy queridas y de haberse hecho en casa. Esto las hace ser muy atractivas. De hecho estas muñecas comparten características con el arte Naive, un término aplicado al trabajo hecho por artistas sin titulación, sin formación, en el que "encantadoramente" representaciones simplistas de poca complicación son creadas con técnicas de dibujo poco sofisticadas, un uso incorrecto de la perspectiva y un uso del color poco sutil. La simplicidad y el desinhibido encanto de las muñecas primitivas parecen la encarnación de los dibujos modestos, sin pretensiones, de los niños y eso es sin duda parte de su enorme encanto. Este estilo de muñecas de tela, a las que también se las conoce como muñecas del arte folk, artesanía tradicional o country, se remontan a los primeros colonizadores americanos y a los Nativos Americanos, que usaban cualquier material disponible para elaborar muñecos/as para sus niños. Como las muñecas compradas en tiendas se consideraban un lujo y a las mujeres les gustaba coser, los sacos de azúcar y harina que sobraban se transformaban por madres, tías y abuelas, junto con recortes de materiales de sus cestas de costura, para hacer muñecos/as para sus niños. Las muñecas “country”, “primitivas”, son un estilo popular y reconocido en la muñequería moderna. A pesar de su apariencia rústica y corriente, las muñecas “country”, “primitivas” se consideran como unas de las más difíciles de conseguir. Una enorme atención al detalle es importante para darle una apariencia auténticamente vieja, desgastada, mientras que a otras se les da la apariencia clásica sin envejecerlas demasiado y añadiéndoles adornos. Hoy en día las muñecas tradicionales, antiguas, tribales y fantásticas están dentro de esta categoría de muñecas country o “primitivas”. ¿Cómo se consigue este “look” de “primitivas”? Bueno, el aspecto “independiente” de “me las arreglo para hacerlo y lo remiendo” de estas muñecas se puede conseguir de distintas maneras. Haciendo las muñecas en casa con tejidos hechos a mano, lanas y otros materiales naturales en colores apagados y dándoles rasgos simples casi asimétricos. Algunas carecen de rasgos faciales. Sus cabezas suelen ser calvas o semi-calvas. También usando telas que no pegan, botones de diferentes tamaños (casi siempre grandes) y dar puntadas torcidas en sus cuerpos y ropas contribuye a darles ese “look” característico. Algunas de las muñecas country, primitivas tienen brazos y piernas hechas de palos de canela y nueces por cabeza y a veces la muñeca sostiene una bandera, un osito de peluche, casitas de pájaros, guirnaldas, bordados o mini cochas (quilting). El rojo, el azul y el blanco parecen ser los colores más usados a la hora de vestirlas (los de la bandera americana: “barras y estrellas”), aunque los colores rústicos del otoño también son muy populares. “Las muñecas de la plantación” eran réplicas de las muñecas hechas durante la Guerra Revolucionaria Americana. Los servicios religiosos duraban todo el día y las muñecas ayudaban a mantener ocupados a los niños y si se les caían no interrumpían la misa. Las muñecas de la plantación se revivieron durante la guerra civil americana. Las madres también hacían muñecas de pañuelos (hechas de los pañuelos de tela de los hombres) y ponían terrones de azúcar o bombones dentro de las cabezas de las muñecas para que los niños los chuparan durante la misa. La tela se deteriora con el paso del tiempo y le afecta la luz del sol directa, que puede borrar y desteñir las fibras, mientras que el polvo y la suciedad también rompe las fibras. La tela también responde pobremente al excesivo manejo. Así que estos factores se tienen en cuenta cuando se reproducen muñecas de look primitivo auténtico. Las muñecas pueden envejecerse intencionadamente dándole a la tela una apariencia de desgastada y deteriorada por medio de técnicas tales como: teñido, desteñido, rasgada y remendada, añadiendo puntadas mal dadas sobre parches de tela y usando efectos de pintura: acabados barnizados y craquelados. Hecho a mano es definitivamente la apariencia deseada y a estas muñecas se las conoce como caseras, mientras que otros las consideran feas. ¡O las adoras o las odias!
5. LAS MUÑECAS DE COLUMBIA:
Las muñecas de Columbia se hicieron en América del Norte por Emma y Marieta Adams en 1891. Se pueden describir como muñecas de tela de caras planas con cabezas, caras y extremidades pintadas al óleo. El trabajo de pintura realizado en el pelo es único, llevan zapatos y calcetines pintados en la tela de las piernas y las manos estaban pintadas para distinguir cada dedo. En 1893 las muñecas fueron expuestas en la exposición de Columbia, en la Feria Mundial de Chicago, Illinois, donde ganaron una medalla de oro y donde se vendió una gran cantidad. La muñeca se llama Columbia por esta exposición. En 1894 la Comisión de Columbia galardonó con un diploma y una mención de honor a Emma. “Columbia es la personificación femenina de los estados unidos, así como Britania lo es para Gran Bretaña”. Emma Adams creaba las muñecas y pintaba sus caras y su pelo con óleos de un modo particular. Su hermana Marietta diseñaba y cosía las ropas. Las extremidades pintadas también eran atiesadas con apresto. Las hacían como niños, niñas, o bebés y también hicieron algunas muñecas negras. Sus cuerpos estaban rellenos de algodón o virutas de embalaje con un corazón interior de serrín en las cabezas y tronco. Alrededor de 1903 los cuerpos de las muñecas eran simplemente sacos rellenos con extensiones sobre las que se cosían los brazos y las piernas. Estas muñecas se podían conseguir en diferentes tamaños desde los 40 a los 75 centímetros, aunque el tamaño estándar eran los 50 centímetros. Estas muñecas se podían conseguir vestidas con vestidos de guingán rosa o azul, vestidos blancos, un traje de chico, y un vestido largo blanco de bebé, todos hechos en algodón. Unos pocos se conseguían llevando sólo un vestido simple o una blusa. Después de la muerte de Emma en 1900, Marietta siguió haciendo las muñecas, empleando a otros artistas para que hicieran las caras, cuyo estilo no se parecía mucho al de Emma. Las muñecas de Columbia genuinas tienen un estilo facial muy característico. Las Columbias nunca se patentaron. Las muñecas se marcaban de manera simple: “Columbian Doll/Emma E. Adams Oswego Center New York”. En 1906 la marca se cambió a “the Columbian Doll Manufactured by Marietta Adams Ruttan Oswego New York”. Hay muchas muñecas que se hicieron antes de que se empezara a usar la marca, así que podemos encontrar muñecas sin marcar. Muchos productos expuestos en la Exposición de Columbia se convirtieron más tarde en artículos cotidianos de la vida diaria americana. La muñeca de Columbia recaudó un montón de dinero para la época en su viaje y a donde iba siempre la acompañaba su baúl, su diario, su abrigo y gorro e incluso su doble. Por si algo le ocurría a ella, una segunda muñeca, casi idéntica viajaba con ella. La muñeca se presentaba con regalos que le hacían los niños a los que visitaba y muchos de esos regalos aún permanecen en el Museo Wenham de Massachussets, junto a la muñeca original y sus pertenencias. Miles de personas alrededor del mundo estaban maravillados y conmovidos por el viaje histórico de la Miss Columbia original, la famosa muñeca de 50 centímetros que circun-navegó el globo para recaudar fondos para la caridad infantil desde 1900 a 1902, un viaje que se repitió en el año 2000.
6. LAS MUÑECAS DE TELA DE PUNTO O “STOCKINETTTE DOLLS”:
Entre las muñequeras más famosas de la historia encontramos a Izannah Walter (1840) que hacía muñecas de trapo con una apariencia primitiva y de artesanía tradicional, popular. Ella patentó sus muñecas en 1873 y sus muñecas están muy buscadas por los coleccionistas. Las muñecas de Izannah Walter tenían caras y extremidades pintadas al óleo. Sin embargo, las caras se hacían primeramente usando una técnica de modelado. A estas muñecas se las conoce como “stockinette dolls” muñecas hechas de tela de punto, porque toda la muñeca o sólo la cabeza y parte del cuello estaban cubiertas por una capa de tela de punto o alguna tela tejida similar. Esta tela se sujetaba a los rasgos de las formas de la tela por medio de puntadas o cola y se colocaban de nuevo en la prensa. Se presionaban firmemente y se aseguraban cosiéndolas o pegándolas por los bordes unas a otras. Sus caras y extremidades se pintaban con óleos. También tenían caras moldeadas. En los años 20, Norah Wellings (diseñadora de Chad Valley) usaba terciopelo y fieltro para sus muñecas, habitualmente con motivos marinos, y algunas de sus muñecas más famosas también tenían caras hechas de tela de punto y pintadas al óleo.
7. LAS MUÑECAS DE CARAS MODELADAS: Las muñecas de caras modeladas están hechas, como su propio nombre indica, presionando un material sobre un molde de una cara de una muñeca que puede ser de plástico duro, porcelana o barro. El material usado puede ser cartón-piedra o tela empapada en cola. Se presiona contra la parte exterior de la cabeza de la muñeca y se sujeta hasta que se seca. Después se retira, se recorta y se pinta antes de fijarla a la parte frontal de la cabeza de tela de la muñeca cosida y rellenada. Algunas muñecas tienen tela (generalmente tela de punto (stockinette) por su elasticidad) pegada a caras modeladas en plástico o goma que se quedan ahí una vez la cara es fijada a la cabeza. En 1873, Izannah Walker obtuvo la patente americana para hacer muñecas de trapo. Su técnica consistía en colocar varias capas de algodón u otra tela barata tratada con pegamento o cola para que se pegaran todas juntas y así adoptar la forma impresa en ellas por los moldes. Cuando estas formas de tela se secaban, una capa de relleno de algodón u otro relleno suave es cuidadosamente colocado sobre ellas cubriéndolo todo o la cabeza y el cuello solamente y luego se cubre con una capa externa de tela de punto (stockinette) o un tejido similar. Esta tela se sujetaba a los rasgos de las formas de la tela por medio de puntadas o cola y se colocaban de nuevo en la prensa. Se presionaban firmemente y se aseguraban cosiéndolas o pegándolas por los bordes unas a otras. Sus caras y extremidades se pintaban con óleos. Izannah Walker aseguraba en su patente que sus muñecas se mantenían límpias fácilmente, algo que ella consideraba una característica muy importante. Los cuerpos de las muñecas estaban hechos de un satén muy fuerte de color crema, estaban rellenados firmemente y las articulaciones estaban cosidas. Algunas muñecas están descalzas y otras tienen pintadas unas botas. Por lo tanto, estas muñecas también tienen técnicas parecidas a las que se usan para crear las muñecas de Columbia. De hecho las muñecas de Kathe Kruse y Norah Wellings, por ejemplo, tienen caras modeladas. Otras técnicas incluyen pasta de papel u otros moldes de barro que se cubren con telas de punto (stockinette).
8. LAS MUÑECAS “PATAS ARRIBA” O TOPSY-TURVY:
A mediados del siglo XIX los fabricantes de muñecas empezaron a producir muñecas con una cabeza en cada extremo. Una falda ancha sujeta a la cintura de la muñeca escondía la otra cabeza que quedaba al otro extremo. Así que los vestidos estaban cosidos al cuerpo y no se les podían quitar, y los brazos se cosían como si fueran bisagras para permitirles colgar de los hombros fácilmente y así no sobresalieran por debajo del vestido. Estas muñecas se usaban casi siempre para contar historias incorporando distintos personajes, o simplemente para tener múltiple funcionalidad (versatilidad). Se cuenta que algunas de las muñecas más antiguas de las “topsy-turvy” “patas arriba” tenían una cabeza blanca y otra negra, porque las niñas y niños negros que vivían en las plantaciones tenían prohibido jugar con muñecas blancas, así que cuando los capataces se acercaban a ellos le daban la vuelta a las muñecas y sólo jugaban con las muñecas negras. Algunos artesanos de muñecas vestidas con trajes típicos usaban este método para hacer preciosas muñecas de caras de tela de punto, una vestida con el traje típico español pero cuando le dabas la vuelta aparecía una muñeca holandesa. Las variantes de estas “muñecas patas arriba” son infinitas: cenicienta en arapos y con el vestido de fiesta; muñeca un lado negra otro blanca; muñeca triste-feliz; muñeca despierta-dormida; muñeca vestida de invierno-verano o vestida de día y en camisón. En las montañas de Carolina del Norte los artesanos eran conocidos por usar este tipo de muñecas para ilustrar a los personajes de sus historias. Algunas tenían dos personajes, algunas tres todos en la misma muñeca. Por ejemplo en el cuento de Cenicienta, habría una muñeca para representar a Cenicienta y a sus hermanastras, y otra muñeca para representar a la madrastra y a el Hada Madrina. Estas muñecas eran creadas por una compañía llamada “Fun to Learn”: “Diversión para Aprender” que hacían excelentes “muñecas patas arriba” para canciones infantiles.
9. LAS MUÑECAS IMPRESAS EN PANEL:
Se cree que la muñeca impresa para recortar (the printed cut-out doll) se originó en los Estados Unidos entre 1891 y 1893. Las muñecas se imprimían en tela que se vendía por metro. Como resultado las muñecas se podían recortar y la parte trasera se cosía a la parte delantera, se la volvía del derecho y se la rellenaba. Este tipo de muñeca perdió popularidad en los años 20. Como resultado de la invención de la máquina de coser y las revistas de patrones las muñecas de trapo hechas en casa obtuvieron mayor popularidad en el siglo XIX (19). Desde 1850 las muñecas de trapo o tela se empezaron a producir comercialmente, se volvieron muy famosas las muñecas que se vendían impresas sobre la tela o que estaban pintadas a mano con óleos. Las muñecas impresas en tela (flat panel-printed dolls) se vendieron por primera vez en forma de sábanas a principios del siglo XX (20) y eran del estilo de las muñecas tortitas (pancake dolls). Al igual que las muñecas Topsy-turvy: “muñecas patas arriba” algunas muñecas impresas en tela se hacían para contar una historia. Aparentemente, estas muñecas de trapo con diferentes caras (una por delante y otra por detrás) se usaban siglos atrás por comerciantes de telas para publicidad de sus tiendas y se las conocía como “Moggy Dolls” (algo así como ¿“muñecas gatito”?).
10. LA MUÑECA WALDORF:
El origen de este tipo de muñeca es europeo, probablemente alemán del siglo XIX y principios del siglo XX. En Alemania, alrededor de 1937, la muñequera Kathe Kruse empezó a introducir muñecas de trapo con cabezas de papel-maché que se recubrían con tela de punto. Aunque las muñecas de Kathe ya no se hacen de esta manera, también se la conoce por ser la creadora de la muñeca Waldorf (Waldorf doll), una muñeca simple, suave y “abrazable” hecha a mano que tenía la cabeza de forma característica. Consecuentemente, esta técnica de hacer muñecas se une con la técnica de modulado de caras y la piel de las muñecas. Estas muñecas Waldorf tienen una conección muy fuerte con las escuelas y comunidades educativas de Steiner, basados en los métodos de Rudolph Steiner: “Juguetes simples hechos de materiales naturales se sabe que son de gran importancia para el desarrollo saludable de los niños pequeños”. Muchas muñecas y juguetes se hacían en casa durante los largos meses de invierno con materiales que se tuvieran a mano: madera. Lana de oveja y retales de tela. Aunque algunos de estos han sido adaptados y producidos en masa a la largo de los años como empresas comerciales, la verdadera muñeca Waldorf todavía se hace en casa a mano. La típica muñeca Waldorf se hace de lana de oveja y tela de punto de algodón. Tiene una cabeza interior única que le da la forma a la cara. El relleno de lana se enrolla una y otra vez para formar una bola. Luego se le ata un cordón de algodón alrededor de la cabeza para darle una forma característica. Entonces se cubre la cabeza con una pieza de tela de punto haciendo de piel en la que los ojos y la boca son pintados o bordados.
11. LAS MUÑECAS DE FIELTRO: MUÑECAS LENCI O SCAVINI Y MUÑECAS STEIFF.
11.1. LENCI:
En Europa las muñecas de trapo eran producidas por la Compañía de Muñecas Lenci (Italia). Steiff (Alemania) y Lenci empezaron a experimentar con tela de punto y con fieltro que se presionaba sobre un molde caliente. Otras muñecas que se hicieron durante este tiempo son las “Scavini Dolls”, su creadora, Elena Scavini (Turín, Italia) empezó a hacer muñecas de trapo en 1920 con su hermano Enrico para aumentar sus ingresos durante la guerra. Más tarde registrarían la marca de muñecas con el nombre de Lenci, que era el apodo de Elena. A principios del siglo XX las muñecas Lenci eran bien conocidas por su modelado naturalista y sus caritas pintadas en fieltro. Ellos se dieron cuenta de que el fieltro de lana podía modelarse bajo presión y era fácil de conseguir incluso durante la guerra. El fieltro se considera que es una buena tela para hacer muñecas (aunque no es buena para muñecas que necesiten ser lavadas). Fieltro cien por cien de lana es el mejor para coser muñecas, porque el fieltro artesanal no resiste tan bien el manejo y el relleno. El fieltro no tiene hebras y no está tejido, urdido, sin embargo, como con las telas tejidas el fieltro tiene un lado que es más elástico que el otro. Otra opción es usar doble capa de fieltro artesanal junto con otra tela de punto unidas firmemente. Las dos telas se pueden cortar juntas y coserlas como si fueran una única capa. La segunda capa previene que el fieltro se deforme si se rellena demasiado. El fieltro puede coserse con las costuras por fuera o por dentro. Es importante recortar las figuras de fieltro cerca de las costuras. En la foto se ve a un niño y una niña hechos en 1927. Sus cuerpos están cosidos por la parte baja de la espalda, en lo alto de los hombros y cosidos a mano entre las piernas para que se pudieran vestir de manera realista en pantalones cortos o con las extremidades desnudas. Sus cuerpos están modelados en lugar de rellenados y su pelo es mohair cosido a la cabeza. Están vestidos con las ropas típicas de los niños de los años 20 y 30. Los ojos del niño miran de reojo lo que le da una apariencia de triste o huraño. Las miradas de reojo en las muñecas se pusieron de moda en los años 20, especialmente en las muñecas de fieltro. En 1937, la familia Gazella sucedió a los Scavini en la dirección de la compañía que todavía controlan hoy en día, donde las muñecas Lenci se siguen haciendo de plástico y composición. La fábrica de Lenci fue casi destruida durante la segunda guerra mundial.
11.2. STEIFF:
Aunque la compañía alemana Steiff es más conocida por hacer ositos de peluche “teddy bears” también se dedicó a la elaboración de muñecas de trapo y juguetes “suaves”. La compañía Steiff fue fundada por Margarete Steiff en 1877 cuando empezó a vender ropas y artículos caseros que ella misma había hecho en una compañía de ropa de fieltro cómoda para llevar. En 1880 Steiff hizo su primer juguete suave de fieltro: un acerico elefante. Seis años después más de 5000 elefantes se habían vendido porque el alfiletero se hizo famoso entre los niños. Se cree que esta muñeca, en la foto, de una viejecita la hizo Steiff en 1913. La muñeca parece tener vida, con sus abultadas rodillas, su barriga floja, su busto caído y hombros redondeados. Está hecha de fieltro y algodón y rellena de paja. Sus ojos son botones negros cosidos en la cara y tiene pintada una ligera sonrisa. Mide alrededor de 48 cm.
12. LAS MUÑECAS REPOLLO O “CABBAGE MATCH KIDS”:
En los años 70 Martha Nelson de Louisville, KY, creó un estilo de muñeca usando un arte popular alemán conocido como “Needle modelling” (modelado con agujas), posteriormente conocido como “escultura suave o escultura de aguja”. Su estilo de muñeca fue posteriormente registrado por Xavier Roberts, un estudiante americano de Arte, que experimentó con el proceso de escultura de aguja para hacer muñecas. Este proceso es parecido al “quilting” “acolchado” y le da a la muñeca más textura y más forma. Xavier llamó a sus muñecas “Gente pequeña/ Personitas”, conocido comercialmente como “Cabbage Match Kids” en España: MUÑECAS REPOLLO, y las empezó a producir en masa en 1982 por la compañía Original Appalachian Artworks, con cabezas de vinilo, pero manteniendo los cuerpos suaves esculpidos. (Los dos estilos de muñecas repollo aún se pueden conseguir). Mientras su popularidad crecía Xavier Roberts creaba un detallado mundo de fantasía alrededor de estas muñecas. Cada muñeca repollo era única, con diferentes colores de pelo y ojos y diferentes vestidos, e incluso con nombres distintos en cada certificado de nacimiento. La campaña de marketing que acompañó a las muñecas repollo hablaba de la necesidad que había de adoptarlas, así que en vez de “comprarlas” pagabas unas tasas de adopción. Las muñecas se hicieron famosas enseguida. Incluso Xavier compró una clínica que ya no funcionaba a la que llamó el “Babyland General” (algo así como el hospital general del mundo de los bebés) donde, aún hoy, estas muñecas pueden ser “adoptadas” por padres jóvenes y mayores. A finales de 1983 se habían vendido más de 3 millones. Incluso el año 1985 una muñeca repollo fue al espacio. En 1985 la compañía Topps sacó al mercado una serie de postales que ridiculizaban a las muñecas repollo, llamándolas “Garbage Pail Kids”, es decir: “las muñecas del cubo de la basura”. A pesar de ello se hicieron muy populares, llegando incluso a hacerse una película en 1987. La Original Appalachian Artworks demandó a la compañía Topps por violar la marca registrada de las muñecas repollo, que consiguió que se dejaran de hacer estas postales a finales de los años 80. En el presente se sigue usando la técnica de “escultura con aguja” para hacer muñecas, llegándose a hacer muñecas con rasgos faciales increíblemente sofisticados, aplicando un montón de puntadas en las cabezas y los cuerpos de las muñecas. Siguiendo esta técnica del “quilting” o “acolchado” se dan puntadas para sujetar el relleno en ciertas posiciones para crear así una nariz respingona y definir la boca, los ojos, las barbillas, ombligos, tobillos, hoyuelos, etc. La técnica de “escultura de aguja” y la sastrería han llevado a las humildes muñecas de trapo a nuevas cotas. Antonette cely, Patti Medaris Culea, Bárbara Willis y Susie Oroyan son algunas de las conocidas artistas de muñecas de trapo que inspiraron e inspiran a las muñequeras en el siglo XX y XXI.
13. LAS MUÑECAS TILDA: Estas muñecas han aparecido recientemente en el mercado. Su diseñadora, la noruega Tone Finnanger, ha editado una serie de libros de patrones de muñecas con un estilo muy característico desde el año 2000 hasta noviembre del 2008. Y aunque destaca por sus muñecas de tela, Tone Finnanger ha trabajado con toda clase de materiales para hacer las muñecas que aparecen en sus libros: pasta de modelar, fimo, madera, cerámica, etc. Su estilo podría definirse como una versión moderna y más sofisticada de las muñecas “primitivas o countries” americanas. La mayor diferencia que se ve con las antiguas muñecas es el uso que hace Tone del color: las telas son la mayoría en colores pastel, con blancos brillantes y acabados limpios. No usa la técnica del envejecido para acabar sus muñecas, y si lo hace es con una ligera sutileza. A parte de las muñecas delgadas típicas, introduce una serie de animales de trapo que dan fe de su creatividad e imaginación, e incluso unas muñecas gorditas que rompen con la tradicional muñeca de tela larguirucha. Ilustradora y decoradora de interiores Tone utiliza sus muñecas para llenar la casa de originalidad, luz y color.
Hoy en día se crean muñecas de trapo en todo el mundo. La muñequería parece más popular en Canadá, Australia y en los Estados Unidos, y los estilos de muñecas de trapo son increíblemente diversos.
Espero que les haya parecido interesante y hayan aprendido algo más sobre las " a veces mal denominadas" muñecas de trapo.....
Un beso,
Mimi.
6 comentarios:
Cuánta información, Mimi!! Me ha parecido muy interesante y es algo que comunmente desconocemos. Yo recuerdo cuando llegó a España la llamada "muñeca repollo" que fue toda una revolución. Las Tilda para mí son algo nuevo y que conozco desde hace muy poco y no he hecho ninguna. Gracias y abrazos
Mimi, mil gracias, cuanta unformacion, te felicito por realizar este estudio de la evolucion de las muñec@s de trapo; son muñecas q me encantan, mis mayores felicitaciones y muchas gracias!!!
gracias por este reportaje ya sabes que yo loas adoro todas
besos
Pedazo de artículo. Ya sabes que adoro las muñecas de trapo, que me encantan. Volveré a leerlo con más detemiento. Un beso
Hasta hoy no había visto esta entrada, muchas gracias por toda la información que nos das en ella, yo soy una amante de las muñecas y las hago desde pequeña, me encanta darles forma y vestirlas.
Estupendisima nformación , muy interesante , un gran trabajo de investigación! Que te habrá llevado mucho tiempo. Muchas gracias, un saludo.
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