Cristian Eduardo llegó a
Villa Rústica con unos cuantos añitos,
ya que Blanca,
alumna de mis clases de muñequería,
hacía tiempo que le había dado vida.
La idea de
Blanca era darle una sorpresa a su hermano
Eduardo,
de ahí viene el segundo nombre del muñequito,
regalándole un muñeco que se pareciera a él cuando era pequeño.
Y para ello necesitó que yo le pintara la carita de su hermano al muñeco.
Me puse muy nerviosa porque tenía mucha responsabilidad en mis manos,
ya que yo no había hecho el muñeco...
... ¿y si la carita me salía mal?...
¿quién le decía a Blanca que tenía que hacer un Cristian nuevo?
Con todo el trabajo y el cariño que había puesto en él.
Y es que Cristian Eduardo se convirtió en uno más de la familia...
Se le hicieron toda clase de juguetes...
una patineta, una cometa...
¡incluso se le compró un trompo y unos boliches!
Ah!!! y un caballito de trapo que también le hizo Blanca...!!!
Y todo empezó con un simple muñeco de trapo...
...con unos pies grandotes...
...al que hubo que buscarle unos tenis a medida...
...en fín, que Blanca le fue haciendo la ropita, comprándole los calcetines...
y poniendo toda su ilusión en él...
...y poco a poco nos fue contagiando a todos las ganas de verle la cara a su hermano Eduardo cuando abriera su regalo...
Sé que a Blanca le va a costar olvidarse de la carita que puso su hermano cuando vió a Cristian con todos sus juguetes, y que ese momento les quedará siempre en el recuerdo a los dos,bueno a los tres jejeje, porque a ese pequeñín sólo le falta hablar para ser de verdad...
Me alegro de que a tu hermano le gustara la sorpresa, me alegro de haber formado parte en la creación de un regalo tan bonito...
Espero que hayan tenido un muy buen viaje a Bélgica y que Cristian y Eduardo no te echen de menos y sepan que irás a verlos pronto.
Mil besos,
Mimi